La Organización Mundial de la Salud ha confirmado que seis de diez enfermedades presentes en los seres humanos son causadas por lo que comemos. Al tener una alimentación lo más natural e integralmente posible, se asegura la prevención de enfermedades cardiovasculares, diabetes, colesterol alto, obesidad entre otros. Además, una alimentación sostenible es la clave para combatir los problemas sociales, culturales y nutricionales que conlleva el sistema alimentario actual.
Para disminuir las consecuencias del desequilibrio del sistema alimentario, se comienza a hablar de una alimentación sostenible, pero no solo para las personas, sino para el medio ambiente también. El término se oficializa en el 2012 cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) establece que la alimentación debe partir de un esquema sostenible y equilibrado con el entorno.
La nutricionista Shirley Rodríguez de la UCR, quien ha investigado este tema en Costa Rica, define nutrición sostenible como: “una alimentación saludable para el ser humano y para el ambiente, tomando en cuenta la producción, comercialización y consumo”.
¿Cómo implementar la nutrición sostenible en nuestras prácticas cotidianas?
En la de etapa del consumo sostenible es donde usted como persona consumidora tiene más influencia. Shirley Rodríguez habla de un consumo político, referente a pensar de manera crítica qué es lo que estoy comiendo, de dónde viene, qué causa en mi cuerpo y en mi entorno.
Se recomienda buscar alimentos con circuito corto, es decir, que sean consumidos donde se producen o que no tengan que recorrer distancias largas. Para lograr esto usted puede comprar productos en la feria del agricultor o a familias vecinas que produzcan alimentos. De esta forma, se apoya a productores locales y nos permiten conocer de dónde y de quién provienen nuestra comida.
Los alimentos naturales son indispensables en la alimentación sostenible. Se debe buscar comida lo menos procesada posible y retomar la preparación casera de las comidas. Además, es ideal limitar el consumo de carne.
En el momento de tratar los residuos, es importante aprovechar todo el alimento como las cáscaras y hojas. Por ejemplo: muchas personas acostumbran a botar las hojas de la remolacha, con esta se puede hacer una sopa llena de nutrientes y optimizar la energía.
La Escuela de Nutrición de la UCR mediante sus investigaciones promueve:
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Producción más sostenible y orgánica mediante colaboraciones con agricultores familiares.
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Estrategias para vincular la producción y el consumo por medio de programas de alimentación institucional, realizando conexiones directas entre el productor y las instituciones, especialmente en la zona de Coto Brus.
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Procesos educativos con las personas productoras, y sus vecinos, sobre la importancia de consumir alimentos que son producidos en las zonas cercanas.
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Espacios educativos y de atención nutricional para la ciudadanía.
¿Por qué adoptar este tipo de alimentación?
Al tener una alimentación lo más natural e integral posible, se asegura la prevención de enfermedades. Además, la nutrición sostenible trae con ella una alimentación natural, con el mínimo de químicos posibles. Rodríguez recalcó que si bien actualmente existen límites en el uso de químicos en los alimentos, estos siguen causando efectos negativos a la salud. Por ejemplo, se ha evidenciado la presencia de químicos provenientes de los alimentos en la leche de madres en proceso de lactancia.
A nivel económico la nutrición sostenible aseguraría un sistema más justo al trabajar con producciones que no son tan agresivas para el medio ambiente, como la agricultura familiar y local. Asimismo, reactivar la economía local permite que se puedan adquirir productos de proveniencia conocida y segura, y al mismo tiempo colaborar con pequeños agricultores que han sido opacados por los grandes comercios.
Por el contrario, cuando se le otorga nuestra alimentación al comercio, los riesgos aumentan y nuestro control de lo que comemos disminuye. Bajo un ideal de nutrición sostenible los grandes comercios tendrían que adoptar medidas más amigables con el ambiente y repensar sus objetivos meramente lucrativos por objetivos sostenibles en todos los aspectos.
Desde la producción se deben buscar procesos sostenibles, por ejemplo la agroecología, la cual consiste en un sistema de producción donde se conservan y se reusan los recursos naturales como el suelo y el agua, y el uso de productos químicos está prohibido. Otra manera para asegurar una producción sostenible es fortalecer el trabajo agrícola en las zonas rurales.
En el caso del medio ambiente, la nutrición sostenible se propone como una opción para solventar los daños producidos por el sistema alimentario que genera una gran cantidad de desechos, los cuales contaminan los recursos hídricos y terrestres. Por ejemplo: las aguas son contaminadas por los desechos químicos que pueden llegar a afectar la salud de las personas como en el caso de las piñeras y el bromacil.
La nutricionista Shirley Rodríguez comenta la necesidad de cuestionar nuestro papel dominante con el ambiente y de pensarnos como una especie más en la tierra que vive y comparte los recursos, no se los apropia de manera irresponsable. Además de un cambio de conciencia en los consumidores, es importante que a nivel país existan las políticas o leyes necesarias para asegurar la sostenibilidad alimentaria, según explicó la docente.
De Universidad de Costa Rica